
¿Cuál es el trabajo del Corrector?
El Corrector se encarga de ver que no haya errores gramaticales, sintácticos, de tipeo, signos de puntuación, etc. Pero no solamente se encarga de esto, sino que también revisa que no haya redundancias en los párrafos, vicios en la escritura, ambigüedades; comprueba la coherencia del texto, el uso de mayúsculas, que los términos técnicos sean precisos y propone cambios léxicos siempre conservando el estilo del Autor.
El Corrector, al estar distanciada del texto, aporta una nueva mirada profesional que hará que el texto original quede más limpio y llegue al lector de una manera clara y eficaz. Garantiza que el texto esté correcto gramatical y sintácticamente.
Su tarea debe pasar inadvertida, es casi invisible, no modifica a su gusto lo obra, sino que atiende a su estructura dejando intacto el contenido.
Soy un ser humano y tengo errores
Ambas figuras son seres humanos y por lo tanto no son infalibles. Existe la posibilidad de que se escape alguna errata. De hecho hasta a los Correctores con más experiencia les sucede.
Como Autor es fundamental dominar el ego y considerar la posibilidad de trabajar en alianza con un Corrector que, en definitiva, va a contribuir con sus conocimientos y experiencias a generar como resultado una obra de calidad digna de ser publicada.
Pero… sus correcciones tienen errores
Aquí hay que hacer una diferencia entre un “Error” y “Distintos criterios de corrección”.
El Corrector trabaja para que el texto sea correcto gramatical y sintácticamente (además de aportar muchas otras cosas para dar calidad a la obra), por supuesto que, como bien dijimos, no es infalible y se puede equivocar, pero el texto no debería resultar erróneo.
Distinto es que no estemos de acuerdo con algún criterio de corrección que se aplicó. Por ejemplo haber corregido con la frase “de manera desafortunada” en lugar de “desafortunadamente” como el Autor escribió inicialmente.
Para esto el Corrector tendrá una justificación de por qué eligió realizar ese cambio; seguramente en la lectura habrá visto muchos adverbios y le pareció que la cadencia del texto no era buena. Pero de ninguna forma esto quiere decir que sus correcciones sean “erróneas” sino que responden a diferentes criterios de corrección entre el Corrector y el Autor.
Rol del Corrector y del Autor
Los roles de ambos corren por vías separadas. El Corrector complementa la tarea del Autor y por eso deben considerarse aliados en el propósito común de hacer mejor un texto.
Por supuesto, que el Autor supervisa las correcciones realizadas y podrá o no estar de acuerdo con su criterio, pero no debe en ningún caso corregir sobre las correcciones del Corrector porque de esta manera su trabajo perdería validez y sería una tarea doble de nunca acabar.
En lugar de eso es mejor intercambiar opiniones y llegar a un acuerdo en los casos en los que el Autor disienta con el criterio. Siempre el Corrector respetará la decisión final del Autor.
El punto final
Podemos pasarnos días, meses e incluso años realizando correcciones, quizás no tanto gramaticales ya que se supone que el texto está correcto, pero sí de léxico, sintácticas, nuevas oraciones, expresiones, etc. En la medida que sigamos leyendo el texto una y otra vez aparecerán más y más correcciones que queramos hacer.
Es importante que, como Autores, pongamos un punto final a la corrección; tal como un pintor pone la última pincelada en su lienzo y da como concluida su obra. Y siempre es bueno hacerlo de la mano de un Corrector que es un aliado del Autor en su tarea artesanal para que la obra ofrezca lo mejor de sí misma.
Ana Laura Gallardo